¿Qué es lo que exactamente sucede en una subasta de café? ¿Podrías explicarnos el proceso?

Aproximadamente una semana antes de la subasta, recibimos las muestras de cada lote, etiquetadas con los datos de la cooperativa, fábrica o estación de lavado, además de su código de producción único. Catamos cuidadosamente cada muestra, evaluamos la calidad del café verde y recopilamos nuestras impresiones en un catálogo para saber exactamente qué esperar.

Luego llega el martes, el día de la subasta. Comienza por la mañana y continúa hasta que el último lote se ha vendido. En algunas ocasiones, el ritmo es rápido y terminamos a primeras horas de la tarde. En otras ocasiones, hay tantos participantes que el proceso de subastas se prolonga hasta la noche.

Cada lote, ya sea un saco individual o un lote de 150, aparece en una plataforma virtual con un reloj de precios: mientra haya al menos dos compradores compitiendo por el café, el reloj continúa corriendo. Cuando solo queda un pujador, el reloj se detiene, lo que significa que el lote ha sido adjudicado.

¿Por qué es tan único o especial este tipo de transacción comercial? ¿Qué lo diferencia de otras maneras de vender café?

Este tipo de transacción comercial es único porque ofrece una de las formas más transparentes y justas de establecer el verdadero precio de mercado. Cada comprador tiene acceso a la misma información al mismo tiempo y compiten abiertamente por cada lote. Para el vendedor y, a fin de cuentas, para el agricultor, esto crea una especie de licitación en tiempo real para cada lote de café, garantizando que el precio refleje la demanda real. Es un nivel de transparencia y competitividad difícil de replicar en otros métodos de venta y, por lo general trae como resultado que el agricultor alcance el mejor precio posible por su café.

¿Cuáles son las diferencias principales entre los sistemas de subasta en Kenia y Tanzania?

Una de las mayores diferencias es la cantidad de café que se subasta. En Kenia, desde que se modificaron las regulaciones, casi todo el café —aprox. 95%— se vende a través del sistema de subastas. Por otra parte, Tanzania emplea un enfoque mucho más mixto. Una porción menor de su producción se subasta y una gran parte de su café se vende a través de canales directos o sistemas de comercialización alternativos.