El viaje desde el arbusto hasta la taza es el resultado de innumerables manos y mentes que trabajan juntas para crear un producto final. El número de personas involucradas en un pedido es impresionante. Toda la cadena de valor – desde la recolección de los cerezos, pasando por el procesamiento, la impresión manual de los empaques, hasta el transporte, el tratamiento y el cuidado de las plantas después de la temporada de cosecha – es un proceso complejo que requiere muchos participantes especializados. Cada eslabón en la cadena es crucial y cada persona forma parte del éxito que finalmente se manifiesta en el aroma y el sabor de los granos.

«Fue asombroso ver cuán grandes pueden llegar a ser las plantaciones de café en Brasil y lo comprometidos que están los agricultores con su producto.» – Esben Lauridsen, Kama Kaffe (Grenaa, Dinamarca)

La dedicación y el amor por el producto eran evidentes dondequiera que uno mirase. Los caficultores brasileños dedican sus vidas al café. No es un simple trabajo para ellos, sino una profesión. Una actitud que inspira y que a su vez es reconocida por los tostadores.

Otro de los valiosos descubrimientos durante el viaje fue la necesidad de reinventarse continuamente. Cada temporada, los agricultores deben encontrar soluciones creativas e innovadoras para superar retos y garantizar la calidad de la producción. Especialmente en un entorno donde el clima y el mercado cambian constantemente, los agricultores se ven obligados a encontrar año tras año nuevas formas de maximizar las cosechas, manteniendo al mismo tiempo altos estándares de calidad. Este espíritu innovador les inspira a ver su trabajo no como un simple oficio, sino como un proceso de aprendizaje continuo.